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sábado, 12 de diciembre de 2015

Caldeirada de sardinas

Esta receta la comí por primera vez en Galicia, más concretamente en La Coruña. Caldeirada de Xoubas le dicen por allí. Nos invitó a probarla un amigo gallego que tenía una tasquilla y le gustaba cocinar. Me enseñó la receta.

Ingredientes: 4 personas

500 gr de sardinas limpias de espinas
1 cebolla grande
2 tomates
1 pimento verde pequeño
4 patatas medianas
1 cucharadita de pimentón
1/2 vaso de vino blanco seco
8 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta
1 hoja de laurel


Limpiamos las sardinas quitando la espina central y las escurrimos en papel de cocina. Picamos la cebolla en aros no demasiado finos. Troceamos los tomates y el pimiento. Pelamos las patatas y las hacemos rodajas de medio centimetro aproximadamente. 
Una vez que tenemos todos los ingredientes listos, vamos con la elaboración del plato que es lo más sencillo que podéis imaginar. Se trata de hacer capas y todo en crudo.
En una cazuela baja y ancha ponemos dos cucharadas de aceite con parte de la cebolla cubriendo todo el fondo. La cubrimos con parte de las patatas y salpimentamos. Seguidamente hacemos otra capa con el tomate y el pimiento,

 y por fin las sardinas. Y así vamos haciendo capas hasta terminar todos los ingredientes.

Añadimos el resto del aceite, el laurel, la sal y la pimienta.

Echamos la cucharadita de pimentón en el vino blanco y lo agregamos por encima de las sardinas.


Ponemos la cazuela tapada al fuego y cocemos los primeros minutos hasta que empieza a hervir a fuego vivo, después dejamos cocer lentamente 30 minutos, dependiendo de la clase de patatas pueden estar en 20 minutos. 
Parece mentira, pero todo se cocina con los jugos que sueltan los ingredientes. De todas formas se puede agregar un poco de agua si os gusta más caldoso. 
Esta receta se puede hacer con otro tipo de pescado. Blanco, por ejemplo merluza; o azul, por ejemplo los ricos boquerones. 
Es un plato muy nutritivo, rico en proteinas de pescado azul e hidratos, y con una buena ensalada, plato único. Al menos yo así lo presento y no da nada de trabajo. La caldeirada está buenísima. Es increible el sabor que cogen las patatas.

Espero que os guste :)







miércoles, 9 de diciembre de 2015

Tiramisú


 Hoy os traigo una receta dulce, suave y exquisita, Tiramisú. Es una de las tartas más finas que he probado en mi vida,  incluso los menos golosos no se pueden resistir a tomar otra ración, siempre te quedas con ganas de más.

Delicioso postre de origen italiano, conocido mundialmente, el Tiramisú se compone de capas alternas de bizcochos humedecidos en café y crema realizada a base de huevos, azúcar y queso Mascarpone. 

Ingredientes:
Un paquete de bizcochos de soletilla
200 ml de café recién hecho
Un chorrito de ron, amaretto o cualquier licor que os guste.
6 huevos
500 gr queso Mascarpone
125 gr azúcar
100 gr chocolate negro rallado
Cacao puro en polvo

La elaboración es muy sencilla.
Separamos las claras de las yemas, montamos las claras junto con la mitad del azúcar y una pizca de sal a punto de nieve.
Batimos las yemas con el resto del azúcar hasta que la mezcla quede blanquecina.



Añadimos el queso mascarpone y con una espátula lo mezclamos con las yemas. Batiremos un poco más para que se acabe de integrar todo.
A continuación añadimos las claras poco a poco con movimientos envolventes procurando que no se bajen y nos quede una crema fina.





Mezclamos el ron con el café y vamos untando los bizcochos y montando la tarta. En una fuente rectangular de cristal queda muy bien, de esta forma se ven las capas de la tarta.
Ponemos una capa de bizcochos, una de crema de mascarpone y espolvoreamos chocolate negro rallado, a continuación repetimos la misma operación y terminamos con una capa de cacao puro en polvo.





                                       

 

 
Ya tenemos nuestra tarta a punto. Es conveniente hacerla con antelación, también se puede congelar.
Probad a hacerla a ver qué tal. Seguro que repetís. 








miércoles, 8 de abril de 2015

Hogaza con semillas de girasol

¡Vuelvo a las andadas! Debido a unas causas u otras (durante un tiempo laborales) no he podido continuar con mi actividad en el blog; pero no me olvido de él.

Hoy lo recupero con un pan casero muy fácil de hacer. Es una hogaza riquísima.

Se hace introduciendo la masa en una fuente de pirex resistente al horno y en una hora tenemos nuestro pan.

Ingredientes
180 gr agua
10 gr levadura de panadero
20 gr aceite de oliva
310 gr harina de fuerza
10 gr sal
40 gr semillas de girasol (sin tostar)

CON AMASADORA
Si tenéis amasadora ponéis en ella los ingredientes por este orden: Agua, aceite, levadura, harina, sal (la sal que no toque nunca la levadura porque pierde sus propiedades)
Yo los pongo en la Thermomix a velocidad de amasado durante 5 minutos y listo.
Saco la masa y la pongo en la encimera con un poco de harina y amasando poco a poco introduzco las semillas de girasol.
SIN AMASADORA
Si no tenéis amasadora la podéis hacer a mano, que es también muy sencillo. En un bol poned los ingredientes secos: harina, sal y semillas de girasol.
En otro bol poned el agua un poco templada (la templáis en el microondas unos segundos) y deshacéis en ella la levadura, que quede bien disuelta. Añadís el aceite, mezcláis todo bien y lo incorporáis a la mezcla seca poco a poco con una paleta con movimientos envolventes hasta que veáis que todos los ingredientes están bien unidos.
En este momento ponéis la bola de masa a la encimera y con un poco de harina acabáis de amasar otro poco. Es una masa muy fácil de trabajar, no se pega en absoluto. De este modo cómo no da tanto trabajo os quedarán más ganas de hacer muchos más.
Le damos forma y con un cuchillo la hacemos unos cortes, cómo más os guste. Untáis el pan con un poco de aceite y espolvoreáis harina por encima. Colocamos la masa en el plato de la fuente pírex un poco untado con aceite y harina; lo tapamos con la fuente y al horno. 
Y ahora viene lo mejor. Lo introducimos al horno en frío a 200º C (con aire) durante 45 minutos. Diez minutos antes de terminar retiramos la fuente que hace de tapa y dejamos que se dore. Pasado el tiempo lo sacamos y comprobamos que está cocido volcándolo boca abajo y golpeando suavemente la parte inferior; debe sonar a hueco.
Lo retiramos de la fuente y lo dejamos enfriar en una rejilla de metal.
Por supuesto podéis hacerlo como más os guste, con o sin semillas, con nueces, etc.

Y listo, ya tenemos nuestro pan casero en muy poco tiempo y casi sin esfuerzo. No hay cosa más gratificante que desayunar todos los días con tu propio pan. Sabes lo que comes y está buenísimo.